Cuento
Pico Chato el equilibrista
Párrafo 1
Pico Chato era un pato de granja cuya mayor ilusión era convertirse en un célebre equilibrista. Todos los días ensayaba muchas horas sobre la cuerda, animado por su fiel amigo Poco Pocho, otro pato un poco más anciano que de joven tuvo esa misma afición. Pero como los dos eran un poco "patos", la verdad es que no se les daba muy bien, aunque no por ello dejaban de entrenarse y tratar de mejorar.
Párrafo 2
Cierto día,
llegó un carnero nuevo a la granja, que al poco de ver a los patos haciendo sus
equilibrios, comenzó a alabarles y a comentarles lo bien que lo hacían, y a
apostar que podrían cruzar cualquier precipicio sobre una cuerda. Esto animó
muchísimo a Pico Chato, a pesar de que su amigo Poco Pocho le comentaba que no
había notado tal mejoría. Y en pocos días, Pico Chato ya había quedado con el
carnero junto al barranco del río, un lugar con un gran salto que sólo podría
cruzarse pasando por una cuerda.
Párrafo 3
Allí pasó un rato Pico Chato con la pata rota,
pensando que su viejo amigo tenía razón, y que le decía la verdad cuando le
comentaba que aún no estaba preparado; se dio cuenta de lo difícil que tenía
que haber sido para Poco Pocho decirle que no era un buen equilibrista, y pensó
en cuánta suerte tenía de tener un amigo tan bueno, capaz de decirle las cosas
sinceramente...
Párrafo 4
Y efectivamente era un buen amigo, porque sabiendo
lo que iba a ocurrir, no había perdido el tiempo, y había ido a buscar a un
grupo de patos salvajes, viejos amigos suyos, que volaban mucho mejor que los
pobres patos de granja. Con ellos había preparado una operación de rescate,
sabiendo que su amigo caería de la cuerda.
Párrafo 5
Pico Pato le pidió entonces mil perdones, que el anciano pato aceptó encantado, y cuando al ser rescatado le llevaron volando por las alturas, pudo ver que al otro lado del precipicio había un tesoro de deliciosos manjares muy escondido, y se dio cuenta de que en realidad aquello era lo único que pretendía el avaricioso carnero, para quien cruzar la cuerda era imposible.
Párrafo 6Y Pico Chato se sintió tan tonto como afortunado, porque ayudados de sus amigos los patos, recogieron toda aquella excelente comida para llevarla a la granja y hacer una gran fiesta con todos sus verdaderos amigos.
Párrafo 7
Poco Pocho trató de disuadir a su amigo, haciéndole ver que aún no
era tan buen equilibrista y que aquello sería peligroso, pero el carnero
protestó asegurando que era el mejor equilibrista de la comarca, y que el
anciano pato sólo tenía envidia. Así que ambos patos se enfadaron y Poco Pocho
se negó a asistir a la demostración.
Párrafo 8
En el río, el carnero animó al pato a cruzar y llegar al otro lado, pero nada más al comenzar, perdió el equilibrio y cayó. Por fortuna, pudo ir a parar a un pequeño saliente entre las rocas, pero cuando fue a pedir ayuda al carnero, este había desaparecido.
Por: Pedro Pablo Sacristán
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