lunes, 7 de junio de 2021

Cuento infantil sobre la tristeza

 

Cuento infantil sobre la tristeza


Cuento infantil sobre la tristeza

Cuando Raquel lo veía pasar por el parque arrastrando los pies, cabizbajo, con ese rictus de tristeza en la cara, se le partía el corazón.
Llevaba meses así: no levantaba cabeza.


DEI 01
- ¡Hola Alfredo! - saludó a su amigo intentando mostrar normalidad.
Alfredo solo hizo un amago de saludo con la mano sin levantar la cabeza.


DEI 02
- ¿Quieres venir conmigo a pasear esta tarde? He descubierto un lugar que te encantará - le dijo.
Alfredo, contra todo pronóstico, aceptó la oferta, y Raquel lo citó a las cinco en el primer árbol que estaba en el camino que llevaba al río.


DEI 03
Entraba la primavera y el bosque estaba especialmente bonito en esos días. Al llegar, Raquel vio a Alfredo apoyado en el árbol del camino.
- ¡Holaaaa! - saludó de lejos.
Alfredo no levantó la cabeza, miraba algo en el suelo que lo tenía muy entretenido.
- ¿Ves ese pájaro? - le dijo cuando estuvo a su lado.
Raquel se agachó para verlo más de cerca. Un bebé gorrión se había caído del árbol y piaba con todas sus fuerzas muy asustado.


DEI 04
- ¡Así me siento yo! - dijo de repente Alfredo sin mirarla a la cara.
A Raquel le dio una punzada en el corazón; su amigo nunca le había hablado tan abiertamente de sus sentimientos.
De pronto bajaron del cielo dos pájaros más grandes y revolotearon alrededor del gorrioncillo calmándolo, a la vez que Raquel le ponía la mano cariñosamente en el hombro. Alfredo se fijó de dónde venían las aves, y vio el nido en una rama no muy alta.
- ¡Tengo que subir ahí! - dijo.


DEI 05
Alfredo se adelantó, tomó al bebé gorrioncillo en sus manos y escalando por el tronco logró devolver al pequeño a su nido.
Cuando Raquel ayudó a su amigo a bajar del árbol vio que en su mirada había cambiado algo; por primera vez, en mucho tiempo, sus ojos mostraban algo más que tristeza.


DEI 06
- ¿Oyes eso? - preguntó Raquel.
Alfredo guardó silencio: el gorrioncillo, más tranquilo, ya no piaba.
Llegaba el agradable ruido del río.
Al llegar a la orilla vieron a un pobre gatito que, resbalando una y otra vez, se agarraba a unas ramas para no caer al agua.


DEI 07
- ¡Así me siento yo muchas veces! - dijo Alfredo. Raquel lo abrazó.
Alfredo corrió en su ayuda y pudo salvar al animal. De nuevo ese destello de brillo asomó en su mirada.
Los dos amigos siguieron su paseo por el bosque.


DEI 08
- ¿Qué era eso que me querías enseñar? - preguntó Alfredo de repente, rompiendo el silencio.
- ¡Sígueme! - gritó Raquel, y salió corriendo entre los árboles.


DEI 09
 
Alfredo corrió detrás de ella hasta que paró en un hermoso valle. Lo condujo por una cueva hasta llegar a la parte de atrás de una preciosa cascada que caía al río. Las gotas que formaban la bonita cortina de agua bañaron su cara, y entonces ocurrió algo sorprendente: Alfredo suspiró y sonrió.


DEI 10
Raquel al verlo feliz dio una sonora carcajada y gritó:
- ¡Así me siento yo cuando te veo alegre!
Alfredo escuchó a su amiga y esta vez fue él quien la abrazó, siendo consciente de lo que sentía en ese momento.


RDEI 11
Gracias a todo lo sucedido esa tarde, Alfredo comprendió que la alegría está en ayudar y en saber recibir el apoyo de los demás, en nuestra actitud ante la vida, y aunque es normal que a veces estemos tristes, depende principalmente de nosotros ir con ese brillo en los ojos, el paso ligero y la cabeza bien alta.


 
- ¿Cómo se sentía Alfredo al principio del cuento?
- ¿Qué le invitó a hacer Raquel?
- ¿Qué le ocurría al pequeño pájaro que vieron en el bosque?
- ¿Y al gato?
- ¿Cómo se sintió Alfredo cuando les ayudó?
- Y cuando fue con Raquel a ver la cascada ¿Cómo se sintió Alfredo?
2. Buscamos en el diccionario las palabras que no hemos entendido
- Cabizbajo
- Partirse el corazón
- No levantar cabeza
- Darle una punzada en el corazón
- Cascada
3. Escribe lo que consideras que aprendió Alfredo.
4. ¿Qué piensas de Raquel?
 

Actividades de comprensión lectora


viernes, 28 de mayo de 2021

El cohete de papel Por lista

Cuento
El cohete De Papel Por lista
1
Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo
 
2
hacia la luna, pero tenía tan poco dinero que no podía comprar ninguno.
 
3
Un día, junto a la acera descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos,
 
4
pero al abrirla descubrió que sólo contenía un pequeño cohete de papel
averiado,
 
5
resultado de un error en la fábrica.
 
6
El niño se apenó mucho, pero pensando que por fin tenía un cohete,
 
7
comenzó a preparar un escenario para lanzarlo.
 
8
Durante muchos días recogió papeles de todas las formas y colores,
 
9
y se dedicó con toda su alma a dibujar, recortar, pegar y colorear todas las estrellas y planetas para crear un espacio de papel.
  
10
Fue un trabajo dificilísimo, pero el resultado final fue tan magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al espacio sideral.
11 
Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando con su cohete de papel,
  
12
hasta que un compañero visitó su habitación y al ver aquel espectacular escenario,
 
13
le propuso cambiárselo por un cohete auténtico que tenía en casa. Aquello casi le volvió loco de alegría, y aceptó el cambio encantado.
14
Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete nuevo, el niño echaba de menos su cohete de papel, con su escenario y sus planetas, porque
 
15
realmente disfrutaba mucho más jugando con su viejo cohete.
 
16
Entonces se dio cuenta de que se sentía mucho mejor cuando jugaba con
aquellos juguetes que el mismo había construido con esfuerzo e ilusión.
17
Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y cuando
creció, se convirtió en el mejor juguetero del mundo.
 
 Autor.. Pedro Pablo Sacristán
URL original: http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/el-cohete-de-papel

martes, 25 de mayo de 2021

El árbol mágico

 Cuento
El árbol mágico
 Párrafo 1

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
 

Párrafo 2 

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia".

Párrafo 3

 
Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
 

Párrafo 4

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.

 

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

 

URL original: http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/el-arbol-magico

 

El cohete de papel

 

Cuento
El cohete de papel

Párrafo 1 

Había una vez un niño cuya mayor ilusión era tener un cohete y dispararlo hacia la luna, pero tenía tan poco dinero que no podía comprar ninguno. Un día, junto a la acera descubrió la caja de uno de sus cohetes favoritos, pero al abrirla descubrió que sólo contenía un pequeño cohete de papel averiado, resultado de un error en la fábrica.

Párrafo 2 

 
El niño se apenó mucho, pero pensando que por fin tenía un cohete, comenzó a preparar un escenario para lanzarlo. Durante muchos días recogió papeles de todas las formas y colores, y se dedicó con toda su alma a dibujar, recortar, pegar y colorear todas las estrellas y planetas para crear un espacio de papel. Fue un trabajo dificilísimo, pero el resultado final fue tan magnífico que la pared de su habitación parecía una ventana abierta al espacio sideral.
 

Párrafo 3

Desde entonces el niño disfrutaba cada día jugando con su cohete de papel, hasta que un compañero visitó su habitación y al ver aquel espectacular escenario, le propuso cambiárselo por un cohete auténtico que tenía en casa. Aquello casi le volvió loco de alegría, y aceptó el cambio encantado.
 

Párrafo 4

Desde entonces, cada día, al jugar con su cohete nuevo, el niño echaba de menos su cohete de papel, con su escenario y sus planetas, porque realmente disfrutaba mucho más jugando con su viejo cohete. Entonces se dio cuenta de que se sentía mucho mejor cuando jugaba con aquellos juguetes que el mismo había construido con esfuerzo e ilusión.

Párrafo 5

 
Y así, aquel niño empezó a construir él mismo todos sus juguetes, y cuando creció, se convirtió en el mejor juguetero del mundo.

Autor.. Pedro Pablo Sacristán

URL original: http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/el-cohete-de-papel


Pico Chato el equilibrista

 

Cuento
Pico Chato el equilibrista

 Párrafo 1

 Pico Chato era un pato de granja cuya mayor ilusión era convertirse en un célebre equilibrista. Todos los días ensayaba muchas horas sobre la cuerda, animado por su fiel amigo Poco Pocho, otro pato un poco más anciano que de joven tuvo esa misma afición. Pero como los dos eran un poco "patos", la verdad es que no se les daba muy bien, aunque no por ello dejaban de entrenarse y tratar de mejorar.


Párrafo 2   

Cierto día, llegó un carnero nuevo a la granja, que al poco de ver a los patos haciendo sus equilibrios, comenzó a alabarles y a comentarles lo bien que lo hacían, y a apostar que podrían cruzar cualquier precipicio sobre una cuerda. Esto animó muchísimo a Pico Chato, a pesar de que su amigo Poco Pocho le comentaba que no había notado tal mejoría. Y en pocos días, Pico Chato ya había quedado con el carnero junto al barranco del río, un lugar con un gran salto que sólo podría cruzarse pasando por una cuerda.

 
Párrafo 3
Allí pasó un rato Pico Chato con la pata rota, pensando que su viejo amigo tenía razón, y que le decía la verdad cuando le comentaba que aún no estaba preparado; se dio cuenta de lo difícil que tenía que haber sido para Poco Pocho decirle que no era un buen equilibrista, y pensó en cuánta suerte tenía de tener un amigo tan bueno, capaz de decirle las cosas sinceramente...

 Párrafo 4
Y efectivamente era un buen amigo, porque sabiendo lo que iba a ocurrir, no había perdido el tiempo, y había ido a buscar a un grupo de patos salvajes, viejos amigos suyos, que volaban mucho mejor que los pobres patos de granja. Con ellos había preparado una operación de rescate, sabiendo que su amigo caería de la cuerda.

Párrafo 5

Pico Pato le pidió entonces mil perdones, que el anciano pato aceptó encantado, y cuando al ser rescatado le llevaron volando por las alturas, pudo ver que al otro lado del precipicio había un tesoro de deliciosos manjares muy escondido, y se dio cuenta de que en realidad aquello era lo único que pretendía el avaricioso carnero, para quien cruzar la cuerda era imposible.

Párrafo 6
 
Y Pico Chato se sintió tan tonto como afortunado, porque ayudados de sus amigos los patos, recogieron toda aquella excelente comida para llevarla a la granja y hacer una gran fiesta con todos sus verdaderos amigos.

Párrafo 7

Poco Pocho trató de disuadir a su amigo, haciéndole ver que aún no era tan buen equilibrista y que aquello sería peligroso, pero el carnero protestó asegurando que era el mejor equilibrista de la comarca, y que el anciano pato sólo tenía envidia. Así que ambos patos se enfadaron y Poco Pocho se negó a asistir a la demostración.


Párrafo 8

En el río, el carnero animó al pato a cruzar y llegar al otro lado, pero nada más al comenzar, perdió el equilibrio y cayó. Por fortuna, pudo ir a parar a un pequeño saliente entre las rocas, pero cuando fue a pedir ayuda al carnero, este había desaparecido.


 

 

 

Cuento infantil sobre la tristeza

  Cuento infantil sobre la tristez a Cuento infantil sobre la tristeza Cuando Raquel lo veía pasar por el parque arrastrando los pies,  ca...